Gracias a las donaciones recibidas la Campaña #EsHoraDeObrar lleva distribuidas 73 toneladas de alimentos de primera necesidad y elementos de higiene. Los centros comunitarios redoblan los esfuerzos para sostener la ayuda.
Actualmente en la Argentina 11 millones de personas reciben asistencia alimentaria. La cifra
implica tres millones más que antes de la pandemia. En Malvinas Argentinas, el Centro de Día Arcangel Gabriel trabaja cotidianamente para hacerle frente junto con las familias a las consecuencias de la pandemia: “Hoy estuvimos entregando alimentos y también recibimos donaciones de ropa de abrigo. En los kits incluimos productos de higiene personal como toallas femeninas que son muy bienvenidas. Estamos acompañando a las familias con contención psicológica, enviamos videos y actividades por whatsapp para que los chicos no pierdan el contacto”, cuenta la coordinadora del centro Marisa Stehle.
Hace dos años que Florencia participa con su hija de las propuestas educativas y culturales que ofrece el centro: “Mi nena a hacer danza, folclore, vitrofusión y deportes. Le ayudan con las tareas del colegio, está muy contenida”. Durante la pandemia el vínculo se fortaleció: “Nunca nos cerraron las puertas. Nos ayudan con mercadería con productos de primera calidad y con contención permanente”, relata agradecida.
En La Casona, de Florencio Varela, el dispositivo de acompañamiento se organiza de manera muy similar, con el mismo compromiso: “Es un trabajo en equipo entre el área de niñez y de adolescentes, la coordinación y Hora de Obrar. Los educadores hacemos un relevamiento entre las familias y vemos que las necesidades están aumentando. A partir de eso se arma el bolsón que se entrega”, explica Paola, una de las referentes del centro comunitario.
Los hogares con jefatura femenina, los numerosos y aquellos con al menos una persona con discapacidad muestran mayores dificultades en el acceso a alimentos que el promedio general. Cuando Daniela llegó a La Casona vió que era una familia: “Dejaban una buena enseñanza y transmitían buenos valores. Eso me gustó para mi hija”. Luego de varios meses de aislamiento social relata: “Fue un gran apoyo para nosotros, tanto espiritual como económico. Era el apoyo de saber que alguien más estaba con nosotros y nos apoyaba”. Otra de las participantes, Yael, cuenta que su marido tuvo que dejar de trabajar: “El trabaja en una papelera y no es esencial. Yo tengo cuatro hijos y esto me ayuda un montón”.
La Campaña #EsHoraDeObrar lleva distribuidas 73 toneladas de alimentos de primera necesidad y elementos de higiene en diferentes provincias del país, en Paraguay y Uruguay. El pastor Javier Gross sabe que hay que seguir: “Queremos agradecer a quienes colaboraron con la campaña Hora de Obrar. Toda la ayuda es muy necesaria. Y les queremos pedir que sigan colaborando para que no pierda constancia y continuidad este trabajo”.