Hora de Obrar facilitó la donación de 30 computadoras para reducir la brecha digital y generar puntos de conectividad comunitarios. Se distribuyeron en la provincia de Buenos Aires, Montevideo y Asunción.
Ninguno de los espacios comunitarios alcanzados contaba con las condiciones para sostener actividades virtuales, fundamentalmente vinculadas a la educación. Solo la mitad disponía de alguna PC. Salvo excepciones, los equipos eran viejos o estaban en mal estado.
La mayoría no tenía conexión a internet o accedía sólo de manera deficiente.“En las zonas de asentamientos no llegan las empresas de internet. Nos manejamos con lo que hay”, indicaron desde los centros Angelelli.
La coordinadora del Centro de Día Arcángel Gabriel, Marisa Stehle, agradeció la donación: “Teníamos solo dos computadoras muy antiguas que no funcionaban muy bien. Con las nuevas niñes y adolescentes se pueden conectar zoom, hacer tareas y trabajos prácticos”.
En La Casona se armó una mesa de trabajo a disposición de la comunidad. El coordinador, Martin Elsesser, destacó que “mejoró la escolaridad a distancia”.
Los dispositivos llegaron a ASE San Fernando, el Centro de Día Arcángel Gabriel de Polvorines, La Casona y la Red Angelleli de Florencio Varela, El Sembrador de Ezeiza, Casa San Pablo de Bella Vista, la Iglesia Reformada de Quilmes, la Iglesia Reformada en Mar del Plata, centros comunitarios de Callescuela en Paraguay y la Obra Ecuménica Barrio Borro en Montevideo, Uruguay.
La iniciativa fue posible gracias al apoyo de la Iglesia de Westfalia y a las articulaciones con Fundación Equidad y el Grupo GAMAN.
Democratizar el acceso a la tecnología
“La pandemia ha marcado una nueva etapa en la forma de vida en nuestras sociedades. Sin embargo, se sostienen formas sumamente desiguales de transitar este período. Ciudades como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Asunción o Montevideo albergan, al mismo tiempo, zonas totalmente integradas al minuto a minuto del mercado mundial a través de internet y barrios humildes en los que sólo se cuenta con un dispositivo para garantizar la conectividad de todo el grupo familiar”, explicó Nahuel Gravano, politólogo e integrante del equipo de Programas y proyectos de Hora de Obrar: “Esta desigualdad en el acceso a la conectividad se suma a otras ya conocidas. Las consecuencias son el hambre, la pobreza, la discriminación y la contaminación ambiental.”
La conectividad es hoy un nuevo requisito para la inclusión. “Casi todas las relaciones sociales pasaron a estar mediadas por conexiones a internet y la posibilidad de tener dispositivos adecuados: el trabajo, los trámites, la escolaridad, las consultas médicas, la provisión de alimentos, el entretenimiento y el ocio, los cultos y actividades comunitarias”, profundizó Gravano.
“Ante este escenario de adversidades hacemos un aporte para paliar algunas consecuencias recientes de la pandemia y de la inequidad histórica de acceso a los servicios básicos”, cerró.
Los datos en Argentina y el rol del Estado
Según un reciente informe de ACIJ, elaborado a partir de datos del Ministerio de Educación Nacional, casi 60% de niños, niñas y adolescentes de escuelas públicas no disponen de una computadora ni conexión a internet adecuadas para cumplir con las tareas escolares. En cambio, entre quienes asisten a colegios privados, el porcentaje se reduce al 20% en acceso a computadoras y 35% en acceso internet.
Apenas un 13.9% de los y las habitantes de barrios populares tendría notebook o PC en el hogar y casi un 80% dice usar celulares para las actividades escolares. En zonas rurales 98% de los equipos directivos indicó tener dificultades de conectividad.
Desde ACIJ denunciaron que el Estado nacional “sólo entregó el 4,3% de los dispositivos proyectados entre 12 provincias” y que “resta brindar conectividad al 51,5% de las escuelas estatales”. También indicaron que “sólo se ejecutó el 30,4% del presupuesto del programa y el 22,5% de la actividad de Adquisición de Equipamiento, encargada de la compra de los dispositivos.”