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A seis años de NiUnaMenos, la Fundación Protestante Hora de Obrar junto a SEDI Asociación Civil y Maia Epstein, Licenciada en Trabajo Social, realizaron un conversatorio en vivo de escucha atenta y solidaria sobre violencias machistas cotidianas. 
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El encuentro tuvo lugar al cumplirse un nuevo aniversario de la masiva movilización contra los femicidios en Argentina, a través de la plataforma Instagram. Allí abordaron diversas dimensiones con el objetivo de visibilizar situaciones de violencias en la cotidianidad y generar nuevas formas de vincularse, en el marco del proyecto «Nos Contamos» que llevan adelante ambas organizaciones miembro del Foro ACT Argentina por una vida libre de violencias.

“Empezar a registrar la forma en que las personas que nos rodean ejercen poder es una forma de pensar las formas de relacionarnos. Por ejercicio de poder me refiero a control, subordinación, autoritarismo, escenas de celos, cuando nos piden las contraseñas de las redes sociales. Sobre estas situaciones luego se desarrollan violencias más graves o evidentes”, explicitó Maia Epstein. 

Otro tramo de la charla se centró en la llamada “violencia digital” la cual tiene que ver con un tipo de violencia que se ejerce en el ámbito de la virtualidad. Epstein explicó que esto sucede cuando “hay que brindar nuestras contraseñas como demostración de confianza. Es el derecho de todas nosotras tener nuestro ámbito privado. Ese ámbito privado también puede ser en el marco de una relación de pareja. En este sentido, «hay que alejarse de esa idea de ‘media naranja’ donde no podes tener un universo propio porque no sos sin el otro. Por el contrario, en mi universo personal y propio tengo derecho a no invitar a alguien a participar. Y eso incluye mis redes sociales o mi correo electrónico”. 

En esta línea, alertó sobre situaciones vinculadas a la extorsión y la amenaza. “Me meto en tus redes, saco tus fotos, tengo tus contraseñas y me hago pasar por vos. Eso configura un escenario de amenaza que puede ser sobre cosas que hicieron en algún momento con consentimiento. Si yo como mujer en el marco de una relación consentida comparto fotos de mi privacidad y vos me amenazas con que vas a hacer eso público en el fondo está cómo eso va a herir mi reputación y me coloca en algún lugar que resuena con estereotipos que me dejan mal parada y me cercenan en mi posibilidad de participar de determinados espacios públicos”. 

La charla giró en torno también al rol de los varones y cómo desarticular situaciones que puedan volverse cómplices de las violencias de género. “Hay algo interesenta de pensar que es la pérdida de privilegios y cómo eso va generando escenarios de incomodidad que bienvenido sean para los varones hetero cis. No es cómodo para nosotras marchar bajo la lluvia, tener que decirle a nuestra familia que hay una situación de violencia o denunciar a un jefe que nos acosa sexualmente. Son situaciones incómodas y las tenemos que atravesar para modificar algunas otras que nos están matando a una mujer cada 23 horas. Entonces, si te toca la incomodidad de decirle a un amigo que te deje de mandar videos o fotos que no corresponden porque vos no querés ser cómplice de eso no es tan grave. Se puede vivir con un mensaje de whatsapp en el que le contestamos a un amigo ‘che, esto no va más, a mí no me lo mandes’. También se puede vivir con la incomodidad de salir de un grupo de whatsapp donde no quiero ver a la novia de una amigo desnuda. En definitiva el silencio que adoptás porque es más difícil hablar no te vuelve víctima, te vuelve cómplice. Es momento de tener conversaciones sobre cosas que no van más”. 

También se reflexionó sobre la necesidad de repensar los espacios religiosos y comunitarios, donde las mujeres que denuncian violencias de género no sean excluidas. “Nadie puede salir de una situación de violencia sola. Es necesario una red y si esa red es el espacio de pertenencia comunitario es mejor para transitarlo”. Por eso es importante «generar espacios para repensar estas problemáticas y desnaturalizar situaciones de violencia”.

Ni Una Menos fue la consigna que dio nombre a la protesta que encabezaron movimientos feministas en el país el 3 de junio de 2015 tras el femicidio de Chiara Paez, una adolescente de la provincia de Santa Fe, asesinada por su pareja en mayo de ese año. La marcha Ni Una Menos, tuvo su réplica en distintos lugares de Latinoamérica. 

Mirá el video completo acá: https://www.instagram.com/tv/CPrWmGkgBUW/?hl=es

Línea 144

Atención, asesoramiento y contención para situaciones de violencias por motivos de género, las 24 horas, de manera gratuita y en todo el país.

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