Crece Selva Misionera

Crece Selva Misionera es un programa de reforestación que promueve técnicas agroforestales en ecosistemas clave en la provincia de Misiones, Argentina.

A través de la plantación de especies nativas en áreas degradadas, yerbales y cursos de agua, buscamos mitigar los efectos del cambio climático, fortalecer las economías locales y proteger una de las regiones de mayor biodiversidad del mundo.

Ha. de selva recuperadas
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familias productoras
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árboles nativos reforestados desde 2020
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Asesoramos a familias productoras yerbateras para la aplicación de técnicas agroforestales

La reforestación de árboles en cultivos agrícolas es crucial para mitigar y adaptarse al cambio climático. Estos actúan como sumideros de carbono, reduciendo la concentración de gases de efecto invernadero y el calentamiento global. Dan sombra y regulan la temperatura. A su vez, mejoran la calidad del suelo, aumentando la capacidad de retener agua y resistir sequías. De esta manera, la diversificación de cultivos con árboles nativos aumenta la resiliencia y protege los cultivos de daños causados por fenómenos climáticos cada vez más extremos.

Reforestamos áreas protegidas, cursos de agua y vertientes en comunidades indígenas

Restaurar las costas de arroyos y ríos es clave para proteger la calidad del agua, prevenir la erosión y reducir el riesgo de inundaciones. Estas áreas actúan como filtros naturales, mejoran la biodiversidad y ofrecen hábitats esenciales para especies nativas, mientras aumentan la resiliencia frente al cambio climático.

Trabajamos junto a 16 comunidades originarias promoviendo la participación activa y el cuidado de los recursos naturales.

Fortalecemos de viveros comunitarios locales para la producción de nativas

La demanda de plantines aumentó significativamente en la provincia desde el inicio del proyecto, en 2020. En respuesta, los viveros misioneros incrementaron la producción de árboles nativos y frutales, generando así un nuevo ecosistema en torno a la plantación masiva. Hoy garantizamos una demanda estable a entre cuatro y seis viveros comunitarios locales.

Colaboramos con entidades estatales y organizaciones sociales para ampliar el impacto

Conveniamos con la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio provincial de Ecología y Recursos Naturales Renovables y la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar y municipios para capacitar a más personas y distribuir plantines en toda la provincia de Misiones 

Hacemos incidencia global y regional

Desde hace años participamos de las Conferencias de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP, como delegados de la Federación Luterana Mundial y la Alianza ACT para reclamar una nueva arquitectura financiera internacional, basada en responsabilidades comunes pero diferenciadas, que permita un financiamiento rápido y justo para abordar las pérdidas y daños ya generados y eliminar los combustibles fósiles, que son la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.

También integramos la Red Trinacional de Restauración del Bosque Atlántico (Argentina, Brasil y Paraguay). Con más de 30 organizaciones y 20,525 hectáreas en proceso de restauración, esta red ha sido seleccionada como uno de los primeros 10 proyectos emblemáticos del Decenio de Restauración de las Naciones Unidas. 

Creamos oportunidades de colaboración para empresas y compensación voluntaria de carbono

Tu empresa puede formar parte de este impacto positivo. Al apoyar Crece Selva Misionera, contribuyes directamente a la restauración de los bosques de Misiones y a la lucha contra el cambio climático. Nuestra propuesta está alineada con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente con el ODS 13 (Acción por el Clima), ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres) y ODS 6 (Agua Limpia y Saneamiento).

A través de la reforestación y restauración de ecosistemas clave, promovemos la captura de carbono, la protección de la biodiversidad y la mejora de la calidad del agua. Este enfoque no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático, sino que también impulsa el desarrollo económico local y mejora la resiliencia de las comunidades ante fenómenos climáticos extremos, generando un impacto positivo y sostenible en el medio ambiente y las generaciones futuras.

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