En estos tiempos de la pandemia, nos acompañaron imágenes de lobos y osos merodeando por calles, patos cruzando playas de estacionamientos, gran cantidad de ciervos descansando pacíficamente debajo de duraznos florecidos. Pareciera que el mundo, con su clima y su vida, se acomodaron al reducir nosotros, los seres humanos, nuestra actividad.
La canción de Freddie Mercury, surgió en los años en que se impuso la bicicleta debido a la crisis del petróleo. Mientras Queen cantaba muchos optaron por la bici como una propuesta al cuidado del medio ambiente.
De niño aprendí a andar en la Aurorita de mi hermana mayor. La hemos gastado y pronto estaba roja de tierra colorada. Ha sido un invento genial cuando en 1817 era solamente una estructura de madera montada sobre dos ruedas.
Hoy en día se encuentran muchas propuestas en el mercado, hay bicicletas para niños, para montaña, para playas, etc.
Personalmente utilizo la bicicleta porque es un medio muy rápido para moverse entre el tráfico.
Es un medio de transporte sano. La salud se ve beneficiada en varios aspectos ya que fortifica los huesos, mantiene en movimiento a las articulaciones. Es un buen paliativo en contra del estrés y el colesterol y ni que hablar del beneficio en la oxigenación.
Es un medio de transporte ecológico, ya que no contamina, no consume energías que no son renovables como el petróleo.
Es sostenible, es decir que no genera gastos ni tiene costos más allá de la inversión inicial, que comprándola en segunda mano no es muy alto.
Es económico ya que la simpleza de su mecánica hace que los gastos sean mínimos, incluso las reparaciones, con un poco de paciencia, las puede realizar uno mismo.
Por las noticias que estamos escuchando el aislamiento social, preventivo y obligatorio va llegando a su fin. Tal vez es el momento de tomar la decisión de seguir aportando al cuidado de la Creación que nos ha regalado nuestro Dios. Una creación que necesita de nuestros pequeños gestos de cuidados.
La bicicleta sigue siendo una alternativa a los transportes motorizados. Creo que es una buena oportunidad para hacer esta opción. Disfrutar del viento en la cara, fortalecer nuestra salud y cuidar al medio ambiente. Y por qué no cantar: I want to ride my bicycle. ¡Que ganas tengo de montar a mi bicicleta!
[1] De la canción Bycicle Race de Freddie Mercury, cantante de la banda de rock Queen.