Por la emergencia climática y de covid-19 ochocientas organizaciones presentan hoy un petitorio a la ONU por el derecho a un ambiente sano de manera universal. Fundación Hora de Obrar se une a este llamado global.
Con una carta titulada “¡AHORA ES EL MOMENTO!” hoy se presenta el llamado global para pedir el reconocimiento, sin demora, del derecho humano de todas las personas a un ambiente seguro, limpio, sano y sostenible. “Como todos y todas sabemos, en un planeta muerto no existen derechos humanos”, sostienen más de 800 organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, comunidades locales y pueblos indígenas: “Durante décadas, ha habido consenso científico sobre el estado crítico del ambiente y sus consecuencias para la vida humana y el futuro de la vida sobre la Tierra”.
La nota, dirigida al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, recuerda, la necesidad de implementar transformaciones rápidas y de gran alcance como “reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables; eliminar la pobreza y reducir las desigualdades; gestionar racionalmente productos químicos, eliminando residuos y la contaminación, fomentando la sostenibilidad; y ampliar la protección de la biodiversidad y de ecosistemas saludables”, “sin dejar de cumplir simultáneamente con otras metas globales sociales”. En este sentido enfatizan que “el derecho a un ambiente sano asegura la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos y su relevancia para las realidades ambientales”.
Se señala la fuerte vinculación de la degradación del planeta con la pandemia de Coronavirus. “Existe una evidencia clara entre la degradación ambiental a gran escala y la alteración de los ecosistemas naturales inducida por los seres humanos, y su vínculo estrecho con la aparición de estas enfermedades que, con mayor frecuencia, son transmitidas de animales a humanos”.
Destacan la lucha de los pueblos indígenas de todo el mundo por el derecho al bienestar de las personas y del planeta y también la contribución que este derecho hará a la igualdad de género. Niñas y mujeres “se enfrentan a mayores riesgos y cargas derivadas de la degradación ambiental y del cambio climático, como consecuencia de las desigualdades de género preexistentes y de las formas de discriminación interseccional, (…) porque, entre otras razones, la mayoría de ellas dependen de los recursos naturales para su subsistencia. Las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en la respuesta a los problemas ambientales y a la crisis climática, en particular con su ética del cuidado, su conocimiento de los recursos renovables y su liderazgo en las prácticas sostenibles”.
Por otra parte se reclama especial protección para defensores y defensoras, activistas, de los derechos humanos y para la niñez como una población especialmente vulnerable dado que “más de una cuarta parte de las muertes anuales de menores de cinco años -1.7 de 5.9 millones- son atribuibles a causas ambientales que en su mayoría son prevenibles. Otros millones de niños y niñas más sufren anualmente impactos irreversibles para toda su vida”.