En el Día Mundial de los Humedales, es imperativo reflexionar sobre la crítica situación que vive Argentina respecto a la protección de estos ecosistemas. Mientras conmemoramos el día dedicado a reconocer la importancia de los humedales en la provisión de agua, el control de inundaciones y la mitigación del cambio climático, nuestro país enfrenta una preocupante realidad.
A pesar de los incontables esfuerzos de las organizaciones ambientalistas por poner en agenda la tan necesaria ley de protección de humedales, la situación actual evidencia la falta de compromiso y urgencia por parte del sistema legislativo argentino. Lamentablemente, la ley duerme en los cajones del Congreso, sumiendo a los humedales en una vulnerabilidad cada vez más crítica.
Definidos como zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente, los humedales son cruciales por su capacidad para almacenar carbono, regular la temperatura y proporcionar un refugio indispensable para diversas especies. En Argentina, estos ecosistemas cubren el 21,5% de la superficie del país, desempeñando un papel esencial en la preservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades.
Se estima que en los últimos 300 años ha desaparecido el 87% de los humedales del planeta y existe una escasa conciencia sobre la importancia que tienen para la vida. Las principales causas de degradación y vulnerabilidad son: la ampliación de la frontera agrícola, el uso de agrotóxicos, la actividad minera, la sobreexplotación de bienes naturales, el desarrollo industrial e inmobiliario, las especies invasoras y el desecho de residuos mal tratados.
La gravedad de la situación se intensifica con la intención general del gobierno actual de eliminar las pocas barreras legales que protegen nuestro ambiente. En lugar de salvaguardar los recursos naturales, esta legislación plantea una amenaza directa a los humedales y desfinancia aspectos cruciales en la batalla contra la quema intencional.
La modificación de la Ley 26.652, que regula las quemas intencionales, y el desfinanciamiento de la Ley de Manejo del Fuego revelan un desinterés flagrante por la preservación de nuestros humedales y otros ecosistemas. Esta combinación de medidas pone en peligro no solo la integridad de los humedales argentinos, sino también la salud ambiental y social del país en su conjunto.
En este Día Mundial de los Humedales, hacemos un llamado a la sociedad para tomar conciencia de la importancia de proteger nuestro ambiente. Como personas cristianas, recordamos nuestro llamado a cuidar de la creación de Dios y exigir a nuestros representantes que prioricen la protección de nuestros recursos naturales sobre los intereses privados.