Una pandemia, una guerra, un planeta caliente… El impacto de la crisis de COVID fue brutal para las personas más excluidas de nuestras sociedades. Repetimos la frase, ya trillada, de que este virus vino a acentuar las desigualdades preexistentes… Compartimos nuestro mensaje de fin de año.
“Y no se acomoden a este mundo presente, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para poder discernir cuál es la voluntad de Dios.” Romanos 12:2
Amigos y amigas, compañerxs de Hora de Obrar,
Una pandemia, una guerra, un planeta caliente… El impacto de la crisis de COVID fue brutal para las personas más excluidas de nuestras sociedades. Repetimos la frase, ya trillada, de que este virus vino a acentuar las desigualdades preexistentes. Lo vemos en la fragilidad de nuestros sistemas de protección social; lo comprobamos en la necesidad de reconocer, redistribuir y remunerar las tareas de cuidado, porque nuevamente son las mujeres las más afectadas, las violentadas, las invisibilizadas.
Y tras la pandemia, la guerra en Ucrania, que trajo desequilibrios en todos los niveles de la economía global. Entendimos, también, que las reglas injustas de este presente son las que generan las crisis sociales y ecológicas. 27 conferencias del clima no han logrado frenar la codicia y ambición de unos pocos empecinados en recorrer un camino suicida con tal de generar efímeras ganancias. Y vimos cómo las crisis se encarnan en las vidas de millones y en nuestra Madre Tierra.
¿Es ésta la voluntad de Dios? Las personas de fe sabemos que no. El niño que nace en el pesebre, en los márgenes de la sociedad, rodeado de personas humildes, sencillas, trabajadoras, nos desafía constantemente a cambiar nuestra manera de sentir, de pensar, de vivir. Estamos llamadas y llamados a transformar el mundo para que todas las personas puedan vivir una vida digna y abundante en un entorno saludable y sustentable.
No queda mucho tiempo. Los y las cristianas debemos movilizarnos, como lo hacen diversos sectores de la sociedad civil. Frente a la apariencia de naturalidad de las cosas son así, instalar la sospecha. Frente a la inercia del interés individual, oponer la fuerza del interés colectivo, la solidaridad. Frente a la destrucción del ambiente, restringir nuestro consumo y vivir más sustentablemente. Frente a los poderes de turno, exigir cambios rotundos.
A las puertas del nuevo año invitamos a defender la imaginación y la alegría como una trinchera. Invitamos a renovar la creatividad para construir condiciones que posibiliten nuevos futuros, en los que quepamos todos y todas.
Que esta Navidad y año nuevo que comienza sigamos conectados y conectadas, presentes para nuestros prójimos, activos y activas en nuestras comunidades.
¡Vida plena y en abundancia, vida buena para todos y todas!
Equipo de Hora de Obrar