La alimentación de miles de personas se ha vuelto un problema de la agenda pública de cientos de países en el mundo a partir de la pandemia y el cese de actividades económicas debido al aislamiento social. La falta de alimentos, sin embargo, es sólo una expresión del problema. ¿Cómo llegamos a la situación de que miles de personas no tengan para comer?
Te invitamos a leer un nuevo aporte para la diaconía comunitaria.
“¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?” (Marcos 8,4)
Por Pastor Jorge Weishein
Estimadas hermanas y Estimados hermanos, que el espíritu de Dios alumbre nuestros entendimientos y miradas para ver en sus testimonios siempre nuevos llamados a la justicia y a la paz. Amén.
La alimentación de miles de personas se ha vuelto un problema de la agenda pública de cientos de países en el mundo a partir de la pandemia y el cese de actividades económicas debido al aislamiento social. La falta de alimentos, sin embargo, es sólo una expresión del problema. ¿Cómo llegamos a la situación de que miles de personas no tengan para comer? Las necesidades son muchas más y el hambre apenas aparece en la superficie como algo evidente poniendo en crisis a toda la humanidad, a todo un pueblo, a toda una cultura, a todo un sistema de vida en el mundo.
Las comunidades en la Biblia, y de la iglesia cristiana desde sus inicios, cuando reflexionan sobre el hambre y las necesidades básicas de las personas, tienen una mirada amplia e integral. Lutero, en esta misma línea, tenía una forma muy bíblica de entender “el pan”. En el padrenuestro, por ejemplo, enseña que al pedir a Dios el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy aceptamos que “Dios da diariamente el pan, también sin necesidad de nuestra súplica, aun a todos los malos; pero en esta petición además rogamos que Él nos haga reconocer esto para que recibamos nuestro pan cotidiano con gratitud.”
Al orar reconocemos que Dios nos da el pan cada día: Dios nos da el pan sin que se lo pidamos, la petición es un acto de fe y de alegría, no es una petición que nace de la duda sino de la certeza y la gratitud. La persona cristiana entiende que está de paso por este mundo. Este no es su destino final. Su realización en la vida no es tenerlo todo para justificar su existencia. En este sentido, sus necesidades son siempre provisorias. Esto no implica, sin embargo, que a Dios le de lo mismo que sus criaturas vivan de una u otra manera. El énfasis está puesto en la importancia de no vivir pendientes de las necesidades sino en el sentido de la vida por encima de todo. Cada día tiene su propio afán, sus propias dificultades y necesidades, necesidades que no son solo de una persona sino de todas, necesidades que cambian y que siempre vamos satisfaciendo entre todos. Esta idea de que la vida es una alternativa común abierta a las posibilidades que Dios va creando junto a sus criaturas es una idea fuerza de toda la Biblia. Nada de lo que vemos es eterno sino su permanente transformación.
Sin embargo, el hambre de cada día es tan real como cada una de las necesidades más fundamentales. Esto que la Biblia llama “pan” es todo lo que satisface las necesidades de esta vida: Bienes materiales, buenas relaciones y buenos gobiernos. Las necesidades son comunes a toda la humanidad, todos necesitamos vivir, todos vivimos junto a otras personas, dependemos mutuamente unas de otras, la única manera de que todos podamos vivir es que todos nos llevemos bien y que todos tengamos buenos gobiernos organizando nuestras vidas cotidianas. Lutero aclara que el pedido a Dios de pan es para resolver todas las dificultades y destrabar todos los obstáculos que impiden que todas las personas sencillamente puedan vivir cada día en paz y tranquilidad disfrutando de la vida en común. La idea de necesidades básicas para Lutero incluye lo que en nuestros días llamamos la igualdad de género, el respeto de la diversidad, la justicia climática, la incidencia pública, la defensa de los derechos humanos, la diaconía comunitaria.
Lutero señala la responsabilidad de los gobiernos frente a estas injusticias y los hace responsables frente a Dios de dar una respuesta. Los gobiernos tienen la responsabilidad de velar por la paz y la tranquilidad de las personas de manera que todas puedan satisfacer sus necesidades de cada día. Este es el sentido de la oración de intercesión por los gobiernos y las autoridades en cada culto dominical de la comunidad cristiana, tanto presente como exhortación en la Biblia así como catequesis a lo largo de la historia de la iglesia.
El pan es todo lo que es necesario tener y disfrutar cada día para vivir. Lutero plantea una vida que es para disfrutar y estar alegres porque Dios se ocupa de nuestras necesidades, y nosotros de resolverlas dando testimonio de la gracia de Dios y recreando la vida en el mundo. Tanto Lutero como Calvino afirman que Dios nos da la posibilidad de trabajar para cumplir con nuestra vocación y ganarnos el pan de cada día. Calvino no hace distinción entre los oficios y profesiones: «De aquí nacerá una singular consolación, no habrá ya ninguna tan sucia, ni tan vil profesión, la cual no resplandezca delante de Dios, que no sea muy preciada, con tal que nosotros sirvamos con ella a nuestra vocación.»
Los reformadores insisten en que el pan contempla todo lo que necesitamos para la vida en el mundo. Eso implica trascender lo que vemos a simple vista, por un lado, porque somos llamados a reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas, por el otro, porque somos convocados, como dice Lutero, a “abrir los pensamientos y extenderlos sobre el campo abierto y sobre toda la tierra que produce”. La satisfacción de todas las necesidades es fundamental para una vida digna como creación de Dios. El pedido de pan implica, sobre todas las cosas, el cuidado de la creación. Al pedir pan pedimos todo lo que necesitamos para vivir en tranquilidad y entendernos en paz con las personas entre las cuales vivimos. La petición de paz es una petición comunitaria y diacónica porque se ejerce a través de la comprensión y la solidaridad mutuas.
Un aspecto que los reformadores no pueden soslayar porque es por demás importante es la conciencia de que vivimos en el mundo y que vivimos subordinados a un gobierno en este mundo. “Por cierto, lo más necesario es orar por las autoridades y el gobierno seculares, por los cuales principalmente Dios nos conserva el pan de cada día y todas las comodidades de esta vida.” Las responsabilidades de los gobiernos están sujetas al bien común y subordinadas a la soberanía de Dios. Experiencias injustas y persecuciones van a llevar a que el propio Calvino, tan categórico en el respeto a las autoridades públicas, incluso, independientemente del régimen político, llegue a la conclusión de que la subordinación ciudadana y cristiana al gobierno de turno tiene sus límites: “Más en la obediencia que hemos enseñado hay que hacer siempre una excepción: que esa obediencia no nos aparte de la obediencia a Dios. El Señor es el Rey de los reyes, a quien hay que obedecer por encima de todos. Hemos de someternos a los hombres que tienen preeminencia sobre nosotros, pero no de otra manera que en El”. El incumplimiento de las funciones públicas de parte del gobierno conduce a la iglesia cristiana a una acción diacónica profética de resistencia pacífica y denuncia pública en oración y comunión ante el Estado.
En el catecismo mayor, Lutero, expone al ser humano en una tensión profunda entre el régimen celestial y el régimen terrenal: “Si Dios no lo hiciera crecer, lo bendijera y lo conservara en el campo, jamás sacaríamos el pan del horno, ni tendríamos qué poner en la mesa” pero, al mismo tiempo, “aunque hayamos recibido de Dios la plenitud de todos los bienes, no podemos retener ninguno de ellos, ni usarlos seguros y alegres, si Dios no nos da un gobierno estable y pacífico.” La petición de pan es una petición política para el acceso a la soberanía alimentaria, la garantía del ejercicio de los derechos humanos ante las violencias y la preservación de toda la biodiversidad de la creación por igual.
Dios es soberano, y garante último de justicia y paz, pero el Estado es responsable de la distribución de los bienes y garante del ejercicio efectivo de derechos. De esta manera, de la misma forma que pedimos a Dios por pan debemos actuar en consecuencia exigiendo una respuesta concreta de parte del Estado. La pobreza no es un problema de la sociedad ni un problema que la sociedad deba resolver por si sola. Lutero niega la veracidad de esta afirmación neoliberal. La pobreza es un problema del estado y es un problema que el estado debe resolver. La doble ciudadanía de la persona de fe no implica desentenderse de su responsabilidad civil como parte de la sociedad ni abandonar su compromiso solidario cristiano como parte de la comunidad, pero la pobreza no es algo que el ciudadano deba resolver con su militancia ni que el cristiano deba satisfacer con su diaconía sino que es una responsabilidad del gobierno en el ejercicio del poder público del Estado.
En tiempos donde el rol del Estado es atacado de forma permanente por quienes apuestan por sociedades cada vez más desreguladas donde puedan actuar libremente para el desarrollo de sus inversiones y ambiciones resulta absolutamente pertinente esta afirmación de Lutero: “Donde hay discordias, reyertas y guerras, ya se nos ha quitado el pan o, por lo menos, es difícil conseguirlo.” Las desarticulación del Estado y la deslegitimación del poder público por parte de los poderosos del mundo profundiza la pobreza, el hambre y la muerte.
Que la fe en el Mesías resucitado nos convoque a un ejercicio firme de nuestra ciudadanía reclamando lo justo en nuestro país y a un testimonio comprometido de la gracia de Dios en el mundo para que las instancias públicas cumplan con su respectiva labor y todo el mundo vea que el reino de Dios está en medio nuestro. Amén
Fuentes
Introducción al Evangelio de Marcos
https://www.feadulta.com/es/evangelios-y-comentarios/391-marcos.html
Daniel Rossa; Die Speisung der 4000 – und Jene der 5000. Nötiges theologisches Hintergrundwissen zur Deutung der Textstellen: Die Speisung der 4000 und der 5000,
ver: https://thewiedmannbible.com/de/die-speisung-der-4000-und-jene-der-5000/
Estudio bíblico de Marcos 8:1-38,
en: https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=146
Catecismo menor de Lutero
http://ierp.org.ar/catecismo-menor-de-lutero1/
Martín Lutero; Catecismo Mayor: La Cuarta Petición, «El pan nuestro de cada día dánoslo hoy»; en: https://docplayer.es/15066626-Catecismo-mayor-martin-lutero-1529.html
Juan A. Ortega y Medina; El Dogma de Calvino, en: Reforma y modernidad, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, México, 1999, p. 101-117, en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/594/594_04_04_ReformaModernidad.pdf
Carvajal, Patricio. (2000). El Derecho de Resistencia en la Teología Política de Juan Calvino. Revista de estudios histórico – jurídicos, (22), p. 335-351. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-54552000002200015
Álvaro López Asensio; El significado de los números en la Biblia: https://www.aurora-israel.co.il/el-significado-de-los-numeros-en-la-biblia
Judea (provincia romana)
https://www.wikiwand.com/es/Judea_(provincia_romana)
Decápolis