Dos escuelas interculturales de la localidad misionera de El Soberbio participaron en una jornada educativa impulsada por la Fundación Hora de Obrar. La actividad forma parte del proyecto de reforestación de vertientes que busca preservar los recursos hídricos mediante el uso de especies autóctonas.
La Escuela Bilingüe Nº836 Tekoa Jejy y del Aula Satélite Yrapu reciben a más de 100 niños y niñas mbya guaraní del paraje La Flor. La semana pasada las comunidades plantaron 100 árboles nativos con acompañamiento de la Fundación Hora de Obrar, la municipalidad de El Soberbio y el INTA.
Para las comunidades mbya, la protección de las vertientes es vital. Mariela Fernández, agente sanitaria de la comunidad Yrapu, enfatizó que la escasez de agua es un problema creciente en la región: “hoy estamos muy agradecidos porque estos plantines ayudarán a mantener el agua potable, que es tan escasa en nuestras comunidades”.
José Bussiol, del INTA, explicó que “el objetivo es incorporar nativas para mejorar la captación de agua en zonas con vertientes que no tienen mucha cobertura de red”. Así se busca mejorar el acceso y calidad del agua en las comunidades mbya, que dependen directamente de las vertientes naturales. La reforestación también colabora en la regeneración de la biodiversidad local.
Hugo Torreblanca, docente del Aula Satélite Yrapu agradeció la iniciativa y destacó el compromiso de los y las estudiantes para cuidar los árboles plantados: “el trabajo no termina solo en la plantación. Ahora viene lo más difícil: cuidar estas plantas para que el día de mañana puedan contarle a sus hijos que esos árboles les brindan sombra y frutos”.
Por su parte Renato Sommer, director de Agro de la Municipalidad de El Soberbio, subrayó la importancia de esta iniciativa, afirmando que “el trabajo viene en conjunto desde hace meses. Hoy estamos plantando árboles en comunidades mbya y también en yerbales para proteger las vertientes”.
El rol de los árboles nativos en la protección de vertientes y la estrategia de reforestación de Hora de Obrar
Los árboles nativos desempeñan un papel fundamental en la protección de las vertientes y la conservación del agua. Gracias a sus profundas raíces, estos árboles mejoran la captación y almacenamiento de agua en el suelo, reducen la erosión y mantienen el equilibrio ecológico del entorno.
La entrega de plantines a productores y productoras locales, a escuelas y comunidades mbya forma parte de la estrategia de la Fundación para expandir la reforestación y concientizar sobre el rol clave de la reforestación de árboles nativos para la preservación del agua y mejorar la calidad del suelo.
Otro aspecto clave del proyecto Crece Selva Misionera es la articulación con diversas instituciones como el INTA, los municipios y también viveros locales que producen los plantines necesarios.
El proyecto, impulsado por la Fundación Hora de Obrar tiene como meta plantar 5.000 árboles nativos en la provincia de Misiones.
Cada año, personas cristianas de todo el mundo se unen para celebrar el Tiempo de la Creación, un período dedicado a reflexionar, orar y actuar por el cuidado de nuestra casa común. Se ofrecen actividades y recursos que invitan a las comunidades de fe a profundizar en su responsabilidad hacia la Creación.
El Tiempo de la Creación es una celebración ecuménica anual desde el 1 de septiembre (Día Mundial del Cuidado de la Creación) hasta el 4 de octubre (fiesta de San Francisco de Asís), y busca dirigir la atención sobre la necesidad de contemplar y actuar por nuestra Casa Común.
El símbolo para 2024 son “Las Primicias de la Esperanza”, un recordatorio de que la esperanza permite superar la decadencia y actuar con libertad y responsabilidad para hacer del mundo un lugar mejor, trabajando juntos con la Creación.
Este período de oración y acción pone de relieve la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles y avanzar hacia un mundo más justo y sostenible. Este compromiso se refleja en la adhesión al Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF), una iniciativa internacional que propone eliminar progresivamente el carbón, el petróleo y el gas, al tiempo que garantiza una transición justa para las comunidades, trabajadores y trabajadoras afectadas.
¿Qué es el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles?
Surge de la necesidad de frenar la expansión de la industria de los combustibles fósiles, responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este tratado complementa acuerdos previos, como el Acuerdo de París, pero pone un énfasis claro en reducir la oferta de estos combustibles que dañan al planeta. No se trata solo de reducir el consumo, sino de garantizar que no se desarrollen nuevos proyectos que amplíen la producción de carbón, petróleo o gas.
El tratado se estructura en tres pilares fundamentales:
1- No proliferación: Detener nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles. 2- Retirada progresiva: Desarrollar un plan para reducir de manera justa y gradual la producción existente. 3- Transición justa: Asegurar que la transición hacia energías renovables se realice de manera equitativa, sin dejar atrás a los trabajadores y comunidades dependientes de la industria fósil.
El TNPCF no solo busca frenar el calentamiento global, sino también generar un cambio positivo en nuestras sociedades. Al abandonar la dependencia de los combustibles fósiles, promovemos un desarrollo más equitativo, apostando por tecnologías limpias y renovables que no solo cuidan el medioambiente, sino que también generan empleo y bienestar.
Desde Hora de Obrar creemos que nuestras acciones, tanto individuales como colectivas, pueden hacer una diferencia. Desde nuestra fe proclamamos la necesidad de cuidar la creación y actuar en consecuencia, buscando siempre promover la justicia social y ambiental, construyendo hoy un futuro donde nuestras economías no dependan de la destrucción de la naturaleza, sino que estén alineadas con el respeto y el cuidado de nuestra casa común.
Te invitamos a sumarte al evento de cierre del Tiempo de la Creación este 4 de octubre, donde reflexionaremos sobre los desafíos que enfrentamos y las acciones necesarias para proteger el planeta. Será una oportunidad para unirnos en oración y compromiso, renovando nuestra esperanza y determinación de construir un mundo más justo y sostenible.
Los derechos humanos y la perspectiva de género son blanco de descalificación y noticias falsas. ¿Por qué defendemos educación sexual integral y qué tiene que ver con la democracia en Argentina?
Por Fabián Dinamarca Coordinador de Programas y proyectos de la Fundación Hora de Obrar
Consensos básicos cuestionados
El pasado 30 de agosto volvimos a encontrarnos con docentes, equipos de orientación escolar y capellanías de 15 instituciones educativas de la ecumene protestante en la cuarta edición de la Mesa de Colegios Evangélicos por la Educación Sexual Integral (ESI). Entre las preocupaciones y temáticas que abordamos, hablamos de la necesidad de “volver a lo básico”. ¿Qué quiere decir esto?
Las diversas comunidades educativas identifican una debilidad y una necesidad de reforzar aspectos que deberían ser un consenso consolidado pero que lamentablemente no lo son, o por lo menos, están en algún nivel de crisis o tensión en esta etapa de nuestra sociedad. Y no se trata de aspectos menores, sino de definiciones que son cimientos, base y punto de apoyo de nuestro trabajo no sólo en el plano educativo sino en todas las expresiones en lo social, de la diaconía basada en derechos.
Nos referimos específicamente a dos grandes definiciones: los derechos humanos y la perspectiva de género vienen siendo el centro de discursos de desprestigio, descalificación y noticias falsas que han logrado calar en el sentido común de parte de nuestra sociedad amenazando, no sólo al trabajo sobre ESI, sino los consensos básicos de esta etapa de la democracia en Argentina.
La dignidad y el respeto como valores fundamentales
Repasemos estos conceptos en términos históricos y pongamoslos en relación con el sistema educativo.
El contexto de surgimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el año 1948, estaba atravesado por el impacto de la segunda guerra mundial. La crueldad y vulneraciones de la dignidad humana ocurridos en esta guerra incidieron en la construcción de un consenso internacional sobre lo que los países debían proteger y no volver a permitir, expresado a través de las Naciones Unidas.
Así surge este marco ético internacional que reconoce la dignidad de todas las personas. La Argentina suscribió la Declaración Universal en 1948, y en 1994 la incorporó a la Constitución Nacional en el artículo 75 inciso 22, con el conjunto de Declaraciones, Tratados y Pactos Internacionales sobre derechos humanos.
Es interesante detenerse en la lectura del preámbulo, los fundamentos y otras secciones de este breve documento compuesto por 30 artículos. En uno de los apartados de la Declaración Universal de DDHH hay un llamado a la difusión en el sistema educativo de los países, invitando a que el texto sea “distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza”.
Saltemos ahora tres décadas en el tiempo, cuando el concepto de derechos humanos es resignificado y apropiado por la sociedad argentina post-dictadura en el inicio de la etapa democrática de 1983 bajo un principio y un consenso: el “Nunca Más” al terrorismo de Estado y el jucio a las juntas militares fue la forma en que nuestra sociedad procesó la etapa dictatorial finalizada y estableció límites y marcos al accionar del Estado.
En uno y otro caso, la Asamblea de las naciones en 1948 y la sociedad argentina en 1983, plantean un ideal social de dignidad y respeto de la persona humana con fuertes bases éticas y valores subyacentes, que debían a su vez ser transmitidos y plasmados en la formación de las personas, en los sistemas educativos, en las ideas que generaciones adultas debían transmitir a las nuevas.
No está de más recordar que la promoción de los DDHH es parte de las definiciones y principios plasmados en el estatuto de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), y que esto fue trasladado a su vez a los objetivos de su organización diacónica: la Fundación Protestante Hora de Obrar.
El papel de la educación en la construcción de ciudadanía en cada época
Esto nos lleva a otro de los conceptos que nos interesa trabajar, y es que el sistema educativo tiene una relación intrínseca y necesaria con la transmisión de valores, ideas predominantes y necesidades de una época.
Pensemos en el momento fundacional del sistema educativo argentino a fines del siglo XIX y las necesidades a las buscaba dar respuesta. Estamos hablando de la llamada Generación del 80 en cuanto al liderazgo político, el proceso de construcción de una nación tras décadas de guerras civiles y delimitación territorial de un todavía muy joven país, la necesidad de insertar a ese país en el concierto internacional, mientras la mayor parte de la población provenía de procesos migratorios masivos. El sistema educativo diseñado en ese contexto debía aportar a la formación de personas desde una concepción de ciudadanía relacionada a proyecto y a esa etapa de la sociedad.
En la actualidad, la Ley de Educación Nacional 26.206 vigente, establece, en el artículo 3, que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.
Qué tiene que ver la educación con los géneros
Todo proceso formativo de personas, y por lo tanto el sistema educativo, tiene intencionalidades, valoraciones, contenidos que exceden la mera transmisión de conocimientos “objetivos”. La educación aporta a determinada construcción de ciudadanía, a formar personas con determinados atributos y valores. Algo más que evidente en las instituciones educativas de origen confesional, como las que nos reunimos en la Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI.
Y en estos procesos de formación de personas, la educación juega un rol fundamental en términos de géneros. Es decir, en la producción y reproducción de determinadas formas de ser varones y mujeres, de modelos e ideales de familia y de expectativas y roles a cumplir en la sociedad.
Si se analizan como ejemplo materiales escolares de la España de 1939, en plena dictadura franquista, se evidencia su marcado autoritarismo y su integrismo católico. Desde la temprana infancia se enseñaba a las niñas a respetar su “tradicional rol de madre, hija y esposa”, y un modelo familiar centrado en el varón/esposo, autoridad, proveedor y al que esposa e hijos/as debían servir.
Este ejemplo histórico es muy gráfico sobre cómo el sistema educativo tiene un rol fundamental en reproducir determinados estereotipos y roles de género. En tiempos en que se habla tanto de “ideología de género”, si hay algo que aplica a una definición semejante es imponer roles fijos, estereotipados y que violentan la libertad de las personas, transmitidos por canales doctrinarios, autoritarios, castigando toda forma de transgresión de ese mandato presentado como “natural” o “mandato divino”, como ocurría en esa educación del contexto de la dictadura franquista.
¿Ideología es mala palabra?
La idea de este recorrido histórico, entre muchos otros posibles, tiene que ver con aportarnos insumos para pensar la actualidad de nuestra sociedad argentina y los ataques a la Educación Sexual Integral y a todo lo que involucre una perspectiva de género bajo la acusación de que es una “ideología”.
Acusación que, además de provenir desde sectores que claramente tienen una visión y una posición ideológica ante las políticas de derechos humanos y de ampliación de derechos de las mujeres y diversidades (es decir, que claramente tienen su propia “ideología), es algo que, como se dice coloquialmente: “embarra la cancha”.
Y esto porque partimos desde la tesis de que SIEMPRE los objetivos, lineamientos curriculares, el sistema educativo en su conjunto está atravesado por valores, idearios, ética. Es decir: de algunas de las dimensiones de lo que llamamos ideología.
El punto es que hay diferencias cualitativas entre las propuestas democráticas, liberadoras, que aportan a una vida plena para todas las personas, y las propuestas que imponen, violentan, reducen las posibilidades y reproducen los cimientos de las opresiones.
No es lo mismo reproducir estereotipos de género que cuestionarlos, problematizarlos, preguntarnos de dónde vienen y si son la única posibilidad para nuestra vida.
No es lo mismo imponer roles, formas de ser y de vivir el cuerpo, la identidad, las elecciones sexuales y afectivas, que respetar, alojar, acompañar la diversidad de realidades y posibilidades.
No es lo mismo reconocer la dignidad e integridad de toda persona que rechazar, reproducir discursos de odio y reprimir lo que “salga de la norma”.
La ESI contribuye a hacer la diferencia, y que es una ley -entre otras herramientas, políticas públicas y procesos de movilización social- que busca desandar y desarticular los mandatos, los estereotipos y las formas de relación que promueven violencias naturalizadas durante siglos en nuestras sociedades y en nuestras vidas. Pensar con perspectiva de género es fundamental para conocer, identificar, problematizar cómo funcionan -cómo funcionamos- esos mecanismos y buscar su transformación.
Lo “básico” que estuvimos recorriendo brevemente en este artículo, que fue preocupación y necesidad de conversaciones con los colegios de las iglesias, sigue siendo imprescindible para una vida libre de violencias, que es un derecho, un valor, un principio que en tiempos en los que la violencia ocupa vez más espacio en las relaciones humanas, es fundamental seguir defendiendo.
La Fundación Hora de Obrar lanza “Jajeupi Jaguejy” (Subimos Bajamos), un juego bilingüe dirigido a equipos docentes y de salud codiseñado junto a comunidades Mbya-guaraní de Misiones.
La Fundación Hora de Obrar presenta un nuevo recurso didáctico para trabajar junto a comunidades indígenas. En este caso el objetivo del material es abordar comunitariamente las diferentes formas de violencia. De esta manera “Jajeupi Jaguejy” (Subimos Bajamos) busca abrir espacios de diálogo constructivo sobre emociones y conductas saludables y dañinas.
La creación es fruto del esfuerzo conjunto de un equipo profesional interdisciplinario y el asesoramiento comunitario de líderes locales, garantizando que el juego sea relevante y accesible para las comunidades a las que se dirige.
Recoge la experiencia del trabajo de abordaje de la violencias en comunidades indígenas, de un equipo interdisciplinario e interinstitucional de la UNaM, SeNNAF, Dirección de Niñez y Adolescencia del Municipio de Ruiz de Montoya y el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS Ruiz de Montoya) y la Fundación Hora de Obrar. En el proceso se trabajó en diálogo constante con el Aty Mburuvicha durante más de un año.
“Jajeupi Jaguejy” incluye un tablero ilustrado que muestra un recorrido que pasa por diferentes ámbitos cotidianos de las aldeas mbya: la escuela, la cancha de fútbol, el monte y el opi. Las tarjetas proponen diferentes consignas y preguntas lúdicas e informativas sobre salud sexual, prevención de las violencias y abusos, roles y estereotipos de género. Este enfoque permite a los y las participantes reflexionar sin temor a respuestas correctas o incorrectas, promoviendo así un ambiente de confianza y aprendizaje compartido. La guía bilingüe que acompaña el juego facilita su implementación en talleres comunitarios.
El recurso se desarrolló en el marco del proyecto Tape Pora cofinanciado por la Unión Europea y Pan para el Mundo, en colaboración con las comunidades indígenas Takuapí, Yvytu Porã y Ambay Poty.
Está inspirado en el juego Escaleras y Toboganes de “Experiencias para Armar. Manual para talleres en salud sexual y salud reproductiva”, de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.
«Nosotros cuidamos la creación» es una iniciativa que busca educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar la creación, en sinergia con Hora de Obrar y el INTA.
El proyecto tiene como eje principal la creación de un vivero y una huerta que no solo abastece a la congregación, sino que también involucra activamente a los niños, niñas y jóvenes, que llevan los plantines a sus hogares, aprendiendo sobre la importancia de la producción de alimentos orgánicos y la autoproducción responsable.
El pastor de la congregación, Jorge Buschiazzo comenta: «Este proyecto surge de la necesidad de generar consciencia acerca del cuidado que debemos tener como personas de fe para con la creación de Dios. Esto debe darse desde la cuestión teórica y profética, pero también desde la práctica, y es por eso que desarrollamos este proyecto con niños y niñas desde muy temprana edad».
Niños y niñas participan en la recolección de semillas y el cultivo de estos árboles nativos, que cuidan durante todo el proceso. Al momento de su confirmación, cada joven recibe el árbol que ha cultivado, para simbolizar tanto su compromiso con la fe como con el cuidado del medio ambiente. Así se busca fortalecer el vínculo de los y las jóvenes con la creación, a la vez que les prepara para llevar adelante los cambios necesarios para lograr un futuro más sostenible.
Colaboración con el INTA y la Fundación Hora de Obrar
Este proyecto es posible gracias al apoyo de instituciones como el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) que ofrecieron capacitaciones abiertas a la comunidad sobre la colocación de plásticos y sistemas de riego eficientes, y que continuará brindando soporte técnico y educativo, lo que permitirá que más personas se sumen a esta iniciativa y adquieran conocimientos sobre prácticas agrícolas sostenibles.
Por otro lado, la Fundación Hora de Obrar acompañó el financiamiento de la construcción del vivero, a través de la Pastoral de Promoción para el Cuidado de la Creación, así como en las tareas de armado del mismo, acompañando a la congregación en sus proyectos. «Nosotros cuidamos la creación» no es solo un proyecto ambiental; es una apuesta por un futuro donde la comunidad, en especial niños, niñas y jóvenes, asumen un rol activo en la protección del medio ambiente y la producción de alimentos saludables.
La Congregación Evangélica de Nueva Helvecia fue sede de un encuentro distrital marcado por la reflexión, el servicio y la esperanza. Hora de Obrar y SEDi acompañaron la jornada.
El pasado 1 de septiembre, la Congregación Nueva Helvecia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata reunió a comunidades de fe y obras diacónicas para reafirmar el compromiso con el cuidado de la creación y un mundo más justo bajo el lema «Los escuchamos hablar en nuestra propia lengua de las maravillas de Dios» (Hechos 2:11).
La jornada, que se desarrolló en el marco de la fiesta de la diaconía, incluyó momentos de culto, talleres artísticos y actividades comunitarias que llenaron a todas las personas presentes de esperanza y energía para continuar sus labores comunitarias.
“Me sirvió para volver a entender por qué soy protestante, por qué soy evangélica”, comentó Marina Rodríguez, de la Obra Ecuménica Barrio Borro: “La fe se materializa en hechos y acciones y un mundo mejor es posible. No podemos quedarnos quietos y decir: ‘Bueno, ya está’. Hay que seguir adelante y mostrar que hay otra forma de relacionarse desde el amor y la esperanza”.
Entre las actividades destacadas, se organizó una feria de stands donde diversas obras diacónicas compartieron sus experiencias y proyectos. Los y las jóvenes del distrito fueron claves en la organización: desde la logística del evento hasta la preparación del buffet comunitario. En palabras del pastor Jhonatan Schubert, de Paysandú: «La gente se llevó un poco de conocimiento de lo que hacemos, el reconocimiento de que lo que hacemos es diaconía, es servicio, tiene un sentido. Le dimos un sentido».
Uno de los momentos más emotivos fue el taller artístico inspirado en los ejes del próximo sínodo de la IERP, en el que las personas presentes reflexionaron sobre la interrelación de todos los seres en la naturaleza. Andrea, del Centro Emmanuel, compartió: “La idea que traíamos era que la gente entendiera a la naturaleza como sujeto y no como un objeto, y entendernos desde la interrelación con la creación que somos todos y construimos entre todos y de formas diversas”.
El día concluyó con un acto de agradecimiento y entrega de piezas artísticas creadas por las propias obras diacónicas, como símbolo de comunión en la fe y el servicio diacónico en el Distrito Uruguay. A pesar del clima nublado, el encuentro brilló por la participación activa y el sentido de comunidad que se vivió en cada momento, recordándonos que, aunque a veces parezca que somos pocos, cada mano y cada acción suma en la construcción de un mundo más justo y en el cuidado de nuestra casa común.
En medio de un contexto socioeconómico cada vez más desafiante, la declaración pública expresa un profundo malestar frente a las políticas económicas y represivas que, bajo el pretexto del «déficit cero» o el «equilibrio fiscal», agravan la situación de pobreza y desigualdad.
Citando el proverbio bíblico «El que para enriquecerse oprime al pobre o le da al rico, terminará en la pobreza» (Proverbios 22:16), las organizaciones denuncian que las medidas de ajuste y transferencias de recursos actuales solo benefician a los más ricos, mientras que un millón de niños y niñas en Argentina se van a dormir sin comer. Asimismo, señalan que estas políticas se sustentan en una creciente represión, poniendo en riesgo la vida y los derechos fundamentales de todas las personas.
Frente a esta realidad la Fundación Protestante Hora de Obrar, junto a las organizaciones religiosas, sociales y de derechos humanos firmantes, reafirman su compromiso con la justicia social y demandan al gobierno nacional que adopte medidas que garanticen la dignidad y los derechos de todas las personas.
Se realizará del 10 al 13 de julio de 2025 en el Instituto Línea Cuchilla de Ruiz de Montoya, Misiones, con el lema “Caminos de ayer que hoy nos convocan”. Esperan reunir a las mujeres de todos los distritos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
En un nuevo Jueves de Negro, día para visibilizar el compromiso por la justicia de género, la comisión organizadora del Encuentro Sinodal de Mujeres de la IERP anunció que el tan anhelado encuentro se realizará del 10 al 13 de julio de 2025 en el Instituto Línea Cuchilla de Ruiz de Montoya, Misiones. La pastora Mónica Hillmann amplía detalles en esta entrevista.
¿Qué dejó el primer Encuentro Sinodal de Mujeres de 2023?
Fue un hito histórico para la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y especialmente para las mujeres. Fue la primera vez que las mujeres de todos los distritos pudieron reconocerse como mujeres, como cuerpo y movimiento, como fuerza que tiene fe y que quiere cambiar las cosas. A través de los diferentes talleres descubrimos a mujeres en las cuales nos reconocimos, que nos fortalecieron y nos enriquecieron, para animarnos a caminar juntas a hacer un cambio. A tomar espacios para poder hablar de las cosas que nos preocupan, a poder decir y expresar aquello que queremos.
La sede se repite en este segundo encuentro, ¿por qué?
Queremos que el encuentro se afiance. Lo hacemos en Ruiz de Montoya porque conocemos el lugar, nos sentimos cómodas, bienvenidas y acogidas. Y también va a ser nuevamente en julio, para que coincida con las vacaciones de invierno. Eso permite que las mujeres puedan organizar sus trabajos o el cuidado de hijos e hijas.
¿Qué se está preparando para la segunda edición?
Queremos retomar todo lo que se trabajó en 2023. Por eso el lema va a continuar el del primer encuentro que fue “Mujeres con fe cambiando las cosas”. En 2025 será “Caminos de ayer que hoy nos convocan” porque más allá de que nos logramos reconocer como mujeres, como una fuerza y como un movimiento, creemos que en los últimos tiempos ha habido retrocesos en las cuestiones de las mujeres y necesitamos fortalecernos.
A nivel de iglesia este año se cumplen 40 años de la ordenación de mujeres y queremos reconocer a las que en las comunidades aportaron de lo suyo dentro de sus dones, sus posibilidades, con sus tiempos, con sus ganas, con su fe, para que las comunidades e iniciativas diacónicas salieran adelante.
Queremos darle más voz y más protagonismo a las laicas que hacen mucho en nuestras comunidades y muchas veces quedan invisibilizadas. Por eso el equipo de trabajo es más grande en esta oportunidad. Está bueno esto del plural mujeres, somos una comunidad, somos un cuerpo, trabajamos en equipo buscamos ayudarnos, acompañarnos y queremos que eso se refleje en la organización y en cada espacio del nuevo encuentro.
¿Cuántas mujeres esperan recibir?
Fuimos 160 en el primer encuentro y nos desafiamos a llegar al doble. Esto tiene que ver con las buenas repercusiones, el testimonio de aquellas que fueron o vieron los diferentes vídeos y se quedaron con ganas de ser parte de ese encuentro.
¿Cuándo podemos esperar más novedades?
En el próximo Sínodo de la del IERP en octubre la Comisión de Promoción de la Mujer nuclea a las mujeres de todos los distritos y va a adelantar más información.
La Fundación Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi) acompañan y apoyan la organización del Encuentro Sinodal de Mujeres de la IERP.
Referentes de 16 instituciones educativas y comunitarias, que alcanzan a más de 10 mil estudiantes de todos los niveles educativos, fortalecieron su compromiso, defensa y capacitación para la implementación de la educación sexual integral.
Hora de Obrar organizó la cuarta Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI para convocar a equipos directivos y docentes de toda la Argentina en un espacio ecuménico que año tras año se afianza más.
La jornada comenzó con un devocional de bienvenida a cargo del pastor Javier Gross, presidente del consejo de administración de Hora de Obrar, quien agradeció especialmente el compromiso y dedicación de los y las docentes. “Celebro el encuentro en este espacio de diálogo y reflexión que, contrario a lo plantean los discursos de odio que clausuran debates y silencian la palabra, se propone salir al encuentro del otro y la otra para aprender y nutrirse del intercambio”, destacó.
«Estamos acá para que la ley de Educación Sexual Integral sea una realidad, porque si bien es una ley que está vigente, si no la hacemos, si no nos comprometemos cada uno y cada una de nosotras en nuestras instituciones -más aun en estos tiempos-, no se aplica.» Destacó la lic. Laura Varela, psicopedagoga del Instituto Alberto Alberto Schweitzer.
También contamos con la participación de docentes y profesionales de la educación del Instituto Evangélico Luis Siegel, la Escuela Intercultural Bilingüe Takuapí, el Instituto Línea Cuchilla, el Colegio Holandés, el Colegio Ward, el Colegio San Esteban, el Jardín Arca de los Niños, el Centro Nueva Vida, el Instituto William Morris, el centro comunitario Casa San Pablo, el Jardín Caminito, la Comunidad Educativa La Paz, La Asociación del Centro Educativo Latinoamericano (ACEL), el IEA Villa del Parque, Caseros, Grand Bourg y José C. Paz, y la Escuela Juana Manso.
Primer panel: «La tradición protestante y el ideario de nuestras instituciones educativas»
El primer panel se centró en la importancia de los derechos humanos y la perspectiva de género en un contexto donde los fundamentalismos y el cuestionamiento de derechos adquiridos ponen en riesgo los avances logrados. Fabián Dinamarca, coordinador del área de programas y proyectos de Hora de Obrar, analizó la relación entre el sistema educativo y los contextos políticos y sociales en Argentina. Señaló que la fundación del sistema educativo argentino está intrínsecamente ligada a las necesidades y proyectos de la sociedad del siglo XIX, destacando que la educación no es un fenómeno aislado, sino que responde a las demandas sociales y políticas de su tiempo.
Dinamarca hizo hincapié en que el sistema educativo argentino, desde la Ley de Educación Nacional vigente (26.206), busca construir una sociedad justa y respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales y, en este sentido, la ESI es fundamental para lograrlo.
“Es importante que como sociedad acordemos que no es lo mismo reproducir estereotipos que cuestionarlos. No es lo mismo imponer roles, formas de ser y de vivir el cuerpo o la identidad, que respetar, alojar y acompañar otras realidades y posibilidades. No es lo mismo reconocer la dignidad e integridad de todas las personas, que rechazarlo y reproducir discursos de odio, reprimiendo lo que “sale de la norma”. La ESI contribuye a hacer la diferencia.” Indicó Dinamarca para dar inicio a este encuentro de formación y reflexión.
Por su parte, Graciela Morgade, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y parte del Movimiento Federal por más ESI, y Leonardo Félix, capellán del Instituto Alberto Schweitzer, complementaron estas reflexiones al compartir sus visiones sobre cómo las instituciones protestantes pueden contribuir a un enfoque educativo que respete la diversidad y promueva la igualdad y la justicia social.
Segundo panel: Actualización en temas de salud y comunicación
Cecilia Valeriano y Manuel Curia de Fundación Huésped junto a Patricia Wawrysiuk del equipo de Hora de Obrar presentaron avances en salud sexual, reproductiva y no reproductiva en el contexto actual, donde el avance de infecciones de transmisión sexual (ITS), como la sífilis, ha alarmado a los sistemas de salud tanto a nivel mundial como en Argentina. Estos problemas de salud pública evidencian la necesidad de una Educación Sexual Integral (ESI) más robusta que brinde información precisa a estudiantes de todos los niveles. Promoviendo la prevención, el autocuidado y la promoción de relaciones respetuosas y saludables, la ESI ayuda a las juventudes a tomar decisiones informadas y responsables.
Carolina Di Palma abordó los desafíos de la ludopatía, el uso de dispositivos y su impacto en la salud mental, mientras que Romina Coluccio, de FM En Tránsito, expuso sobre las fake news y las dinámicas de generación de contenido en redes, destacando la necesidad de una comunicación ética y responsable para un saludable desarrollo de los niños, niñas y adolescentes.
Finalmente, Andrea Rivas de la Asociación Familias Diversas (AFDA), reflexionó sobre la diversidad, las identidades y expresiones de género, y cómo éstas son vividas en las comunidades educativas y religiosas.
Trabajo en grupos y reflexiones finales
Tras desarrollarse los paneles expositivos los y las presentes se dividieron en mesas temáticas con las personas expositoras para trabajar sobre experiencias concretas y compartir herramientas pedagógicas para trabajar sobre estas problemáticas en sus instituciones.
Este encuentro reafirma el compromiso de la Fundación Protestante Hora de Obrar con una educación que promueva la dignidad y el respeto por todas las personas, sin distinción ni discriminación. En un momento en que la Educación Sexual Integral celebra 18 años desde su promulgación como ley en Argentina, es vital recordar que el llamado cristiano a amar al prójimo implica también trabajar por una educación que forme ciudadanos y ciudadanas conscientes y respetuosos de la diversidad y los derechos humanos.
Agradecemos a todas las instituciones y personas que participaron en esta jornada, y continuaremos trabajando para construir comunidades educativas que sean espacios seguros, inclusivos y transformadores.
La crisis económica sigue impactando gravemente a las familias más vulneradas y especialmente a las infancias. Hora de Obrar intensifica los esfuerzos para apoyar a 12 centros de día que brindan un plato de comida a más de 1000 personas.
La campaña de emergencia alimentaria, lanzada en mayo de este año, tiene como objetivo apoyar a 12 centros comunitarios de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y la Iglesia Reformada, que brindan alimentación a más de 1.000 niños, niñas y adolescentes. Hasta la fecha, se han recaudado más de 5,5 toneladas de alimentos, pero la campaña sigue activa, ya que la crisis persiste y las necesidades continúan en aumento.
En este sentido los datos revelados por UNICEF subrayan la urgencia de estas acciones. La organización internacional ha advertido que más de 10 millones de niños en Argentina consumen menos carne y lácteos en comparación con el año pasado debido a la falta de recursos. Además, casi 20% del presupuesto público destinado al bienestar de la infancia ha disminuido, exacerbando aún más la situación.
Es crucial que como sociedad reconozcamos la magnitud de esta emergencia y trabajemos juntos para garantizar que nadie tenga que irse a dormir con hambre.